jueves, 22 de febrero de 2024

CAMA SUPERHEROE

 Cama superhéroe 


. Había una vez una pequeña cama angosta y maloliente que quería ser mejor. Nadie quería dormir en ella, ni siquiera un perro. La pequeña cama pensaba que si se convertía en superhéroe, tal vez todos querrían descansar en ella pues así lo hacían las personas en las camas anchas y con un agradable olor. Cierto día, un gato llegó maullando tristemente y la cama pudo observar que estaba lastimado. Entonces la cama pensó: es el momento ideal, lo cuidaré y todos me querrán sin dudarlo. Le habló al gato y éste de inmediato se recostó en ella. —Gracias —dijo el gato—, es muy amable de tu parte. Nadie me ayudó, fue una suerte encontrarte. —De nada —respondió la cama—, mi mayor sueño es ser superhéroe y tú me has dado la oportunidad. —¿Superhéroe? —preguntó el gato asustado—, ¿en serio? —Muchas gracias, al fin conseguiré mi sueño.





sábado, 17 de febrero de 2024

EL ROBO DE MOZART

 El robo de Mozart.

 Hilda Gabriela Martínez Rivera Esc. Nazario S. Ortiz Garza, Saltillo.


 Hace mucho tiempo vivía un perro llamado Mozart. No era un perro cualquiera, pues caminaba y hablaba. De todos los animales era el más inteligente, pero se sentía solo ya que era el único que iba más allá de los ladridos. Un día, cansado de ser diferente, se sentó a observar cómo sus compañeros ladraban a la gente que pasaba. Duró horas y horas escuchando los sonidos, entonces se dio cuenta de que los demás perros seguían un patrón al ladrar. A eso le llamó música. Era increíble lo que había descubierto; esto lo llevó a componer melodías no sólo con ladridos, sino con todo tipo de sonidos. Mozart pensó en llevar la música al mundo humano pero se dio cuenta de que un campesino lo escuchaba. Mozart corrió y corrió pero este campesino lo atrapó, lo llevó a su casa y ahí lo encerró. El campesino le preguntó su nombre. Desde ese momento, el campesino se hizo llamar Mozart y lo obligó a decirle todo lo que sabía de música. Porque ese hombre no era un tonto y usó los conocimientos para su beneficio. Por eso ahora conocemos a Mozart como un genio musical.







lunes, 12 de febrero de 2024

MI GEMELA INVISIBLE

 Mi gemela invisible Karina Rivera Esc. Sec. General No. 5 José Vasconcelos, Torreón. Una mañana, mientras me encontraba desayunando, escuché un ruido extraño que provenía de mi cuarto. Me levanté y fui a asomarme. Ahí, justo al otro lado de la puerta, estaba yo. ¿Cómo podría ser eso posible? Sólo me quedé viéndome y asustada salí inmediatamente hacia la habitación de mis padres. Les conté lo sucedido, pero ellos no me creyeron. Me fui al colegio como de costumbre, todo parecía estar bien hasta que... ¡Me topé con ella! Nuevamente se me quedó viendo, yo cerré y abrí mis ojos pero ella aún seguía ahí. Entonces, me armé de valor y le pregunté, ¿quién eres?, ¿y por qué me sigues? Ella me contestó con delicadeza: “Soy tu gemela, se cómo te sientes, nuestra abuela que ahora está en el cielo, de donde yo vengo, me mandó; mi deber es acompañarte por determinado tiempo”. Quedé impactada, pero aun así, me di la media vuelta y con lágrimas en los ojos me retiré. No pasaron más de cinco minutos cuando estaba al lado de mí. Le pregunté a una de mis compañeras si veía a alguien, pero no, ella no la veía. En ese instante me di cuenta de que era mi gemela invisible. Así transcurrieron los días, era como mi sombra. Esta mañana me levanté, escuché ruidos, los vi a todos desayunando con ella, pero nadie me pudo ver. Mi gemela me ignoró cuando quise hablarle, la miro callada desde esta pared en que me encuentro. Me mira y sale corriendo del cuarto, la sigo hasta su colegio, intento hablar con ella, se detiene y replica: “¿Quién eres? ¿Por qué me sigues? Yo no tengo la culpa de que seas invisible”




miércoles, 7 de febrero de 2024

El Charro Negro

 

El Charro Negro

Cuentos cortos de terror que no te dejarán dormir tranquilo

Otro un cuento de terror corto, el Charro venía de una familia pobre, pese a las carencias materiales a este joven jamás le faltó el amor de sus padres. Sin embargo esto no parecía suficiente para él, ya que estaba obsesionado con obtener recursos para andar muy bien vestido y calzado.

Los días pasaban y el Charro se llenaba aún más de frustración por la pobreza en la que vivía. Por más que trabajaba, el dinero no le alcanzaba para tener el estilo de vida que tanto deseaba.

Al tiempo fallecieron sus padres, y con ello creció la desgracia de aquel hombre, quien tomó la decisión de invocar al diablo para pedirle riquezas. Finalmente logró que Lucifer se le apareciera, éste le ofreció todo el dinero que quisiera, pero a cambio debía darle su alma.

El Charro aceptó sin pensar la propuesta del diablo, sintiéndose victorioso, ya que por fin tenía lo que tanto había deseado tener mucho dinero y cumplir cada uno de sus caprichos.

El tiempo fue pasando el Charro ya entrado en edad, se fue dando cuenta que estaba muy solo, nada lo hacía feliz, las mujeres y amigos que tenía a su lado era solo por interés.

Conforme fueron pasando los años el Charro olvidó el pacto que había hecho con el diablo, quien no tardó en aparecer y darle así un gran susto. Este hombre trató de esconderse, mandó a colocar cruces por todas sus tierras y a  construir capilla.

El Charro preocupado no podía estar tranquilo, el cobro de la deuda lo atormentaba cada segundo de su vida. Tomó la decisión de huir sin que nadie lo viera, agarró su caballo junto con una bolsa llena de monedas de oro y se fue. Pero el poder del diablo era muy fuerte y no tardó en darse cuenta de las intenciones del hombre.

Nuevamente se le apareció y le dijo: iba a esperar que te murieras para venir por tu alma, pero por tu cobardía te llevaré ahora mismo. El Charro intentó reaccionar con su caballo, a quien el diablo también condenó al infierno, no sin antes dejarle la tarea de cobrarle a quienes le deben. Y si lo hacía bien, dejaría que el hombre que acepte la bolsa con las monedas, tome su lugar.

A partir de ese momento, el Charro fue condenado a sufrir un sinfín de tormentos en el infierno, y solo salir para cobrar a quienes tienen deudas con Lucifer. Con la esperanza de que algún día, alguna persona avariciosa acepte las monedas y tome su lugar. Solo así el Charro Negro y su caballo lograrían descansar en paz.